En
un sentido estricto infinito es aquello que no es finito, lo que no tiene fin.
Una naturaleza verdaderamente infinita es aquella que carece entonces de cualquier
clase de final, lo que nunca cesa o
termina, lo que nunca finaliza.
En
el momento que la distinción entre lo finito y lo infinito se planea en
términos de si dispone o no de fin, cabe la pregunta lógica de si es posible la
existencia de un suceso o fenómeno, que teniendo un fin último, sin embargo
carezca de principio u origen, dado que en cuanto disponga de un término se
declarará finito, pese a que carezca de un origen en el tiempo.
Si
dibujamos la línea temporal de una ocurrencia o suceso, de forma esquemática se
podría representar por el segmento “A ―B”. La línea “―” simboliza la línea
temporal, el punto “A” será el origen o principio del segmento, y el punto “B”
el término o fin. Dicha línea en el tiempo podría representar un nanosegundo,
un segundo, un minuto, una hora, un día, un año luz, o millones de años luz, en
cualquier caso, sea la dimensión temporal que represente dicho segmento el
punto “A” marcará el momento cero de inicio del suceso u ocurrencia, y el punto
“B” marcará el momento en que la medición del tiempo se acaba, sea cual sea la
dimensión temporal del objeto de la medición.
Bajo
supuesto hipotético de la ocurrencia de un suceso que teniendo final no tuviera
principio, sería una estructura del tiempo que dispondría de un término “B”, pero
carecería de un punto de inicio “A”, si
en un universo dado es posible la existencia de fenómenos o sucesos de
semejantes características, implicaría que igualmente ese universo debe carecer
de un origen .
La
línea temporal de un fenómeno o universo que teniendo un fin “B” carecen de principio
“A” sería una línea temporal de tipo “―B”, y sólo cabría la posibilidad de
definir a dicho universo como finito, porque aunque carezca de origen, es una línea temporal que finaliza.
En
el momento que se observa la contradicción que supondría la definición de
finito de un universo de tipo “―B”, sólo porque tiene un fin aunque no tuviera principio,
cabría lógicamente la siguiente pregunta ¿ al universo “ ―B”
se le podría llamar infinito?
Al
igual que de forma hipotética, a modo de conjetura, se podría elaborar la
posible hipótesis del suceso o universo “―B”, igualmente se podría hipotetizar
la posibilidad de un universo que, a la inversa del anterior, sí tuviera un origen,
“A”, y sin embargo no tuviera un final, luego careciera de “B”, un universo
cuya línea temporal fuera “A―”, un suceso o universo que teniendo un inicio nunca
se acabara.
Si
por lógica unidireccional entendemos aquella que sólo tiene una dirección,
normalmente leída de “A” a “B”, donde “A” sería el principio y “B” el fin, la
razón por la cual en la lógica unidireccional al universo“―B” se le llamaría
finito es porque independientemente de que sepamos o no si tiene o no un
origen, ese universo tiene fin.
Mientras
al universo “A―” lo llamaremos infinito, en una lógica unidireccional, porque
disponiendo de principio, de lo que estamos seguros es que nunca se va a
terminar.
Ahora
bien, la distinción entre infinito o finito en los universos “A―” o “―B”,
depende de que la definición de lo finito o lo infinito lo hagamos desde una
lógica unidireccional, en el momento que entendemos la línea del tiempo de
forma no unidireccional, sea bidireccional o multidireccional, las definiciones
de infinito o finito en función de la disposición o no de un fin se vuelve
ilógica, y aparecen nuevas definiciones.
Desde
una lógica del tiempo no unidireccional, que pueda ir de “A” a “B” o de “B” a
“A”, la definición de infinito se vuelve más compleja, por infinito ya no
entendemos la ausencia de fin, por infinito entendemos ausencia de límites, en
al menos una o más de las dimensiones de un suceso o universo.
De
esta manera en el momento que por infinito entendemos aquello que carece de
límites en una o más dimensiones, entonces tanto el universo “A―” como el
universo “―B” se les llamará infinitos, dado que en el caso del universo “A―”
carece del límite posterior en la secuencia del tiempo, y en el caso del
universo “―B” se llamará infinito, a pesar de tener fin, porque carece de un
límite anterior en la secuencia del tiempo, luego ya sea porque no tiene
principio o fin, ambos universos serían infinitos. De modo que un universo
podría ser infinito porque o bien no tiene principio, o bien no tiene fin, o
porque es un universo sin principio ni fin, al cual se le representaría dejando
únicamente la línea temporal, “―” sin momento anterior ni posterior. Luego los
universos “A―”, “―B”, y “―”, serían todos igualmente universos infinitos, ya
bien porque no dispongan de al menos un límite en sus dimensiones, o no
dispongan de ningún límite.
De
acuerdo a la hipótesis del Big Bang actualmente nuestro universo es un universo
finito y que se encuentra delimitado temporal y cronológicamente por dos puntos,
“A―B” en el segmento de la línea temporal de nuestro universo. El punto “A”
sería el propio Big Bang, y el punto “B” el momento en que, después de la
expansión del universo, le siguiera un nuevo ciclo de retracción, volviendo a
concentrarse de nuevo toda la materia en tendencia a un punto de densidad
cuasi-infinita, que sería el final de nuestro universo. Bajo esta estructura de
la historia lógicamente cualquier suceso u ocurrencia será finita, teniendo
como más temprano origen posible de ese suceso al Big Bang, y teniendo como
máximo fin último la concentración de la materia en un siguiente nuevo huevo
cósmico.
Ahora
bien, si en lugar de entender la secuencia temporal de nuestro universo como
una línea del tiempo que va de “A”, el Big Bang que lo produjo, a “B”, el proceso
de involución cósmica que representaría
el fin de nuestro universo, y cupiera la posibilidad que nuestro Big Bang sólo
fuera uno en una secuencia de infinitos Big Bang, como se verá posteriormente,
entonces la línea del tiempo no sería “A ― B”, un universo finito por disponer
de límites temporales en todas sus dimensiones, dado que haber la posibilidad
de infinitos Big Bangs la línea del tiempo podría ser “A―”, si hubo un primer
Big Bang del cual se desencadenaría una secuencia de Big Bangs posteriores, o
una línea del tiempo directamente de tipo “―” si nuestro Big Bang no es más que uno en
una serie infinita de Big Bangs sin principio ni fin en la serie.
De
todas formas la suposición de que después del periodo de expansión sobrevendrá
un periodo de retracción del universo a causa de la atracción gravitacional de
todos los cuerpos celestes del espacio, una vez que la fuerza de expansión en
el universo sea inferior a la de de atracción gravitacional entre los cuerpos, razón
por la cual nuestro universo tendería a su fin, dentro de una concepción
temporal del universo de tipo “A―B”, es una suposición que puede ser subvertida
por otra posibilidad. Una vez terminado el proceso de expansión, y bajo
supuesto que el alejamiento de diferentes cuerpos celestes sea tan grande que
haga insignificante su atracción mutua, el universo entre en un estado
estacionario de enfriamiento progresivo. En tal caso el universo sería un
universo infinito en donde habría un principio “A”, el Big Bang, pero no
tendría fin, “B”, sería un universo del tipo “A―”.
Pero
supongamos que bajo determinadas circunstancias se refutase la hipótesis del
Big Bang, sin que por ello pudiéramos disponer de nuevas teorías que explicaran
el origen de nuestro universo, y el efecto Doppler y el constante alejamiento de
las galaxias se explicara por alguna explosión en algún punto del universo que
no necesariamente implique el origen del universo. Bajo esta suposición habría
la posibilidad de que nuestro universo fuera un modelo de universo sin
principio ni origen.
En
el momento que se admitiera que cabe la hipótesis que nuestro universo no tiene
principio ni origen, ,ya por ese motivo, ausencia de al menos un límite en una
de sus dimensiones, el inicio, se podría decir que es un universo infinito, si
bien habría dos posibilidades, que sea un universo infinito porque carezca sólo
de principio u origen pero si disponga de un final, un universo de tipo “―B”, o
un universo infinito de tipo “―” porque además de no poseer ningún origen
careciera en absoluto de un final.
A lo largo de la historia siempre ha habido
teorías que han hipotetizado sobre la posible eternidad de un universo sin
principio ni fin, de hecho el propio Einstein al principio fue un escéptico de
la teoría del Big Bang. En el momento que se rechazase cualquier explicación
original y teleológica del universo, volveríamos a un universo del tipo “―” ,
un modelo de universo sin principio ni fin.
De
hecho a lo largo del siglo XX han surgido diferentes teorías alternativas al
Big Bang, y que partían de la posible dimensión infinita de nuestro propio
universo, sin necesidad de principio ni fin, teorías que defienden un modelo de
universo de tipo “―”, una de ellas fue la que expuso el físico Hannes Alfven a
partir de su teoría del plasma.
Si
bien hoy en día la hipótesis del Big Bang está siendo fuertemente defendida,
tampoco se puede decir que la definición del universo del Big Bang sea
realmente una definición finita. A día de hoy dentro de esta teoría cada vez
son más los defensores que advierten que si bien es cierta la posibilidad de un
principio original, el Big Bang, lo que sí puede ser cierto es que nuestro
actual universo entre en periodos cíclicos de expansión y atracción, a
consecuencia de la gravedad, en donde de forma cíclica el universo entre en periodos
de atracción gravitacional, que den lugar a una tendencia a la concentración de
toda la materia del universo en un punto, produciendo una inestabilidad que
origine nuevas explosiones, y nuevos periodos de expansión, y así en enésimos
ciclos de atracción-expansión en tendencia a infinito, de forma que realmente nuestro universo no es
lo que realmente observamos, nuestro universo en realidad estaría formado o
formaría parte de continuado proceso de atracción-expansión de la materia y la
energía en tendencia a infinito, del cual supuestamente habría un principio
histórico original, el Big Bang, que sería “A”, pero carecería de fin, dado que
la serie de ciclos de atracción-expansión se daría en tendencia a infinito,
luego sería un modelo de universo infinito de tipo “A―”, por cuanto
hipotéticamente conocemos el principio de la serie, el primer Big Bang original,
pero desconocemos cuando se puede acabar esta serie, luego cabe la posibilidad
o hipótesis que dichos ciclos se repitan de forma enésima.
Otra
posibilidad es que, en el momento que admitimos la hipótesis que nuestro
universo no es realmente lo que percibimos, y nuestro universo forma parte o es
en sí mismo una serie continuada en forma de infinitos ciclos de
atracción-expansión de la materia, entonces cualquier suposición de que esta
serie de ciclos tuvo un suceso original, el Big Bang, que después tiende a
repetirse enésimamente, es una hipótesis en la que realmente la suposición de
que hubo un primer Big Bang original, podría directamente descartarse, y
plantear simplemente la siguiente hipótesis o conjetura, nuestro universo es en
realidad una serie continuada e infinita de enésimos e infinitos Big Bang que
se repiten de forma cíclica e infinita de acuerdo a los ciclos de
expansión-atracción de la materia.
En
el momento que planteamos la hipótesis
que lo que llamamos Big Bang es sólo uno entre los infinitos Big Bang,
sin que necesariamente hubiera uno inicial, entonces nuestro universo es una
serie cíclica de accidentes, a los que hemos convenido en dar el nombre de Big
Bang, y que se repite de forma cíclica e infinitamente, a consecuencia de
procesos de expansión-atracción gravitacional. Sería desde luego entonces un
universo infinito del tipo “―”, dado que no habría un único hecho original,
dado que el Big Bang que creemos inicial sería sólo uno más de una cadena infinita, y tampoco
habría un fin alguno, dado que sería una sucesión infinita.
De
hecho ni siquiera sería necesario argumentar que nuestro universo es una cadena
de accidentes a causa de una serie cíclica de Big Bangs continuados,
simplemente la propia observación del universo nos muestra que el universo no
es más que una secuencia de accidentes y contingencias caóticas gobernadas por,
dentro de un margen de error, leyes físicas, en donde continuamente se dan
fenómenos de atracción y expansión, en donde cabe la posibilidad de que los
procesos de atracción se deriven colapsos, pero no necesariamente a causa de un
Big Bang, y antes de que dicho fenómeno ocurra, en los procesos de atracción
gravitacionales ocurran fenomenos que liberen gran energía que generen nuevas
expansiones, de las que sobrevendrán nuevas atracciones, y así de forma cíclica
y enésima.
En
cualquier caso, de aceptarse la hipótesis de que el último Big Bang fue el
primero e inicial de una serie de procesos de expansión-atracción, lo que
quedaría pendiente de explicar, es de donde vino el cúmulo de materia del huevo
cósmico que dio origen a ese Big Bang original. De acuerdo con Stephen Hawking
el Big Bang marcará el primer momento de la historia del tiempo, y la dimensión
en que se encontraría aquella super concentración inicial de masa sería en una
dimensión atemporal, sin embargo habría que hacerse una pregunta ¿es posible la
ausencia de espacio y tiempo? Y en cualquier caso una pregunta es ineludible ¿
a causa de qué o donde se formó, o de donde surgió, aquella masa original?
Ya
sea la hipótesis sobre si el Big Bang es el origen del tiempo, o el Big Bang
fue uno más en una secuencia infinita de Big Bangs, otra pregunta es ineludible
¿ Es nuestro universo el único universo? La formulación de este interrogantes
generaría una nueva duda, que a su ves genera una nueva hipótesis, la
posibililidad de que nuestro universo no sea el único
De
hecho existe la hipótesis de que al igual que las muñecas rusas, nuestro
universo en realidad sería un universo dentro de otro gran universo, en el cual
nuestro universo evolucionaría de forma caótica y compleja a base de sus
propios accidentes cósmicos e internos. Una hipótesis que igualmente nos
llevaría a múltiples preguntas ¿ese posible macro-universo en el cual se aloja
nuestro universo, tuvo un principio,
tiene un fin, es finito o infinito? Y ¿tendríamos alguna certeza de que nuestro
universo sea el único dentro de ese macro-universo, o habría más universos como
el nuestro , y cuantos universos como el
nuestro son posibles, infinitos?
Es
más la pregunta puede que se haga más compleja, porque si admitimos la hipótesis
que nuestro universo es un universo dentro de un macro-universo, cabría la
pregunta de si es posible que hubiera una entidad superior a ese macro-universo
en el cual existiera la posibilidad de otros muchos macro-universos. Este tipo
de dilemas al final nos llevan a una pregunta ineludible ¿ cual es la verdadera
estructura del espacio y el tiempo, son en realidad dimensiones empíricas, o
son de naturaleza trascendental?
Debido
a las enormes complicaciones que la teoría del Big Bang genera, y que entran en
contradicción frente a uno de los más clásicos principios de la ciencia, la
explicación más sencilla sea probablemente la más verdadera, el principio de
Ockham, frente la complejidad de los interrogantes que produce el Big Bang
existen diferentes teorías alternativas que tienden a simplificar la cuestión
de espacio tiempo, defendiendo la teoría de que nuestro universo es infinito, sin
principio ni fin, y la formación de la materia y los cuerpos celestes se deben
a complejos procesos internos del mismo universo.
La
cuestión del infinito es una de esas grandes cuestiones de la filosofía y la ciencia, que si bien ha tenido grandes defensores y retractores, aun permanece
irresoluble, aunque, claro está, desde la teoría de Probabilidad Imposible
siempre se defenderá la existencia del infinito.
En
cualquier caso, no sólo se puede hablar de la conjetura del infinito, en
relación a nuestro universo, de hecho cabe la posibilidad de la existencia de
una infinitud de universos paralelos, o una infinitud de historias paralelas de
nuestro universo, o una infinitud de historias paralelas por cada infinitud de
universos paralelos.
Es
más, para hablar del infinito físico, ni siquiera sería necesario mencionar al
universo físico en su conjunto, simplemente mencionando las leyes de la termodinámica
sería suficiente, dado que en realidad el universo limitado a dos opciones que
forman para sí la materia y la energía, dibujarían una idea muy clara y
sencilla de lo que sería un universo de tipo “―”, dado que la materia y la
energía ni se crean, luego carecen de “A”, ni se destruyen, carecen de “B”, se
transforman el uno en el otro y viceversa, luego en síntesis, el universo que
forman la materia y la energía es un universo formado únicamente por ciclos de
transformación enésima en tendencia a infinito, un modelo de universo sin
principio ni fin.
La
cuestión del infinito es una cuestión trascendental para el racionalismo
crítico, el positivismo, y el materialismo moderno. En relación al racionalismo
crítico ya Kant en la Crítica a la Razón
Pura advertía que el debate sobre el infinito suponía una antinomia lógica,
dado que por cada secuencia lógica de argumentos a favor del infinito, se podía
objetar una secuencia lógica de argumentos que defendía la naturaleza finita
dela realidad. Sin embargo, a pesar de ser una antinomia lógica, por cuanto su
defensa o rechazo depende de argumentaciones teóricas en lugar de datos
empíricos, Kant siempre sostuvo la naturaleza infinita del universo.
En
el positivismo, en diversas ocasiones Carnap, particularmente en su obra Fundamentación lógica de la física había
lanzado la hipótesis de que, en ausencia del conocimiento de que, en el campo
de la estadística y la probabilidad, una población tuviera un fin temporal en
la historia, ponía por ejemplo, ante el desconocimiento de que la humanidad
deje de existir, Carnap afirmaba que cabe la hipótesis de que dicha población
fuera infinita.
La
posible historia infinita de la humanidad ya de por sí supondría un universo de
tipo “A―”, que en tanto que careciera de fin histórico alguno, implicaría por
tanto que nuestro universo, tenga o no un principio, no tendría final, ya sea
porque vivamos en un universo de tipo “A―”, que teniendo principio no tuviera
fin, o de tipo “―” sin origen ni finalidad alguna.
En materialismo
moderno, fundado en la inversión materialista de la dialéctica hegeliana, que
hicieron Marx y Engels, la cuestión del infinito es una cuestión también
importante, dado que la propia dialéctica se
muestra infinita, ya sea por la ley de la negación de la negación, en
una secuencia de negaciones que no tiene fin alguno ni conduce a ningún estado
positivo de forma absoluta, la ley de transformación de lo cualitativo en
cuantitativo y viceversa, semejante a la ley física de la transformación de la
energía y la materia, o la ley de la unidad y lucha de los contrarios, que
supone la relación de identidad y oposición dialéctica, además de que
tradicionalmente el materialismo ha rechazado las perspectivas creacionistas o
apocalípticas de la historia.
En
la teoría de Probabilidad Imposible para el estudio del campo de la estadística
y la probabilidad, expuesto en la obra Introducción a la Probabilidad Imposible, estadística de la probabilidad o probabilidad estadística,
disponible en la Librería de Probabilidad Imposible, la cuestión del infinito es de suma trascendencia, y se
aborda en el apartado 7 de la obra.
En Introducción a la Probabilidad Imposible, estadística de la probabilidad o probabilidad estadística en puridad distingue de forma dialéctica dos tipos de universos,
los universos de sujetos u opciones infinitos, en los cuales se estudia las
puntuaciones directas obtenidas de la medición de la muestra de sujetos u opciones o población para el estudio de la probabilidad empírica, o el universo de opciones limitadas de cuya frecuencia se estima la probabilidad empírica, y
a partir del cálculo de la probabilidad empírica y la teórica la obtención de
Nivel de Sesgo y todos los estadísticos de dispersión, individuales o
muestrales, elaborados dentro del Segundo Método, para el desarrollo de una
metodología de la estadística de la probabilidad o probabilidad estadística
alternativa y complementaria a la estadística tradicional.
En
cualquier caso el hecho que se diferencie entre universos de sujetos u opciones
infinitos y universos de opciones limitadas, no implica que éste último, el de
opciones limitadas, no pueda ser infinito en alguna de sus dimensiones, dado que
las opciones pueden ser limitadas, pero las posibles ocurrencias o frecuencias
en que se distribuyan las opciones pueden ser ocurrencias o frecuencias
infinitas.
El
universo limitado a dos opciones que supone la distribución de las partículas
en forma de materia o energía se limita a dos opciones, materia o energía, sin
embargo, las posibles infinitas partículas que constituyen la materia o la
energía forman en sí un universo de puntuaciones directas o frecuencias que
puede tender a infinito.
Las categorías
conceptuales en que se defina un universo o una hipótesis, pueden ser
limitadas, pero eso no implica que el universo en sí mismo lo sea.
De
hecho el posible origen del error de la ciencia, la contradicción entre la
naturaleza limitada del ser humano, frente a una realidad posiblemente infinita
,es una contradicción antropológica y
universal de la que se deducirá el margen de error en la contrastación de
hipótesis, en esencia, el margen de duda racional de la ciencia.