Dado un conjunto N tendente a infinito es inevitable que absolutamente todo suceda, siempre que se disponga de tiempo suficiente o infinito , y he ahí donde está el verdadero problema irresoluble o quid de la cuestión de la existencia ¿quién nos garantiza que dispongamos del tiempo necesario para que ocurra lo que debe o deseamos que suceda?


sábado, 12 de abril de 2014

El infinito


En un sentido estricto infinito es aquello que no es finito, lo que no tiene fin. Una naturaleza verdaderamente infinita  es aquella que carece entonces de cualquier clase de  final, lo que nunca cesa o termina, lo que nunca finaliza.

En el momento que la distinción entre lo finito y lo infinito se planea en términos de si dispone o no de fin, cabe la pregunta lógica de si es posible la existencia de un suceso o fenómeno, que teniendo un fin último, sin embargo carezca de principio u origen, dado que en cuanto disponga de un término se declarará finito, pese a que carezca de un origen en el tiempo.

Si dibujamos la línea temporal de una ocurrencia o suceso, de forma esquemática se podría representar por el segmento “A ―B”. La línea “―” simboliza la línea temporal, el punto “A” será el origen o principio del segmento, y el punto “B” el término o fin. Dicha línea en el tiempo podría representar un nanosegundo, un segundo, un minuto, una hora, un día, un año luz, o millones de años luz, en cualquier caso, sea la dimensión temporal que represente dicho segmento el punto “A” marcará el momento cero de inicio del suceso u ocurrencia, y el punto “B” marcará el momento en que la medición del tiempo se acaba, sea cual sea la dimensión temporal del objeto de la medición.

Bajo supuesto hipotético de la ocurrencia de un suceso que teniendo final no tuviera principio, sería una estructura del tiempo que dispondría de un término “B”, pero carecería de un punto de inicio “A”,  si en un universo dado es posible la existencia de fenómenos o sucesos de semejantes características, implicaría que igualmente ese universo debe carecer de un origen .

La línea temporal de un fenómeno o universo que teniendo un fin “B” carecen de principio “A” sería una línea temporal de tipo “―B”, y sólo cabría la posibilidad de definir a dicho universo como finito, porque aunque carezca de origen,  es una línea temporal que finaliza.

En el momento que se observa la contradicción que supondría la definición de finito de un universo de tipo “―B”, sólo porque tiene un fin aunque no tuviera principio, cabría lógicamente la siguiente pregunta ¿ al universo  “ ―B”  se le podría llamar infinito?

Al igual que de forma hipotética, a modo de conjetura, se podría elaborar la posible hipótesis del suceso o universo “―B”, igualmente se podría hipotetizar la posibilidad de un universo que, a la inversa del anterior, sí tuviera un origen, “A”, y sin embargo no tuviera un final, luego careciera de “B”, un universo cuya línea temporal fuera “A―”, un suceso o universo que teniendo un inicio nunca se acabara.

Si por lógica unidireccional entendemos aquella que sólo tiene una dirección, normalmente leída de “A” a “B”, donde “A” sería el principio y “B” el fin, la razón por la cual en la lógica unidireccional al universo“―B” se le llamaría finito es porque independientemente de que sepamos o no si tiene o no un origen, ese universo tiene fin.

Mientras al universo “A―” lo llamaremos infinito, en una lógica unidireccional, porque disponiendo de principio, de lo que estamos seguros es que nunca se va a terminar.

Ahora bien, la distinción entre infinito o finito en los universos “A―” o “―B”, depende de que la definición de lo finito o lo infinito lo hagamos desde una lógica unidireccional, en el momento que entendemos la línea del tiempo de forma no unidireccional, sea bidireccional o multidireccional, las definiciones de infinito o finito en función de la disposición o no de un fin se vuelve ilógica, y aparecen nuevas definiciones.

Desde una lógica del tiempo no unidireccional, que pueda ir de “A” a “B” o de “B” a “A”, la definición de infinito se vuelve más compleja, por infinito ya no entendemos la ausencia de fin, por infinito entendemos ausencia de límites, en al menos una o más de las dimensiones de un suceso o universo.

De esta manera en el momento que por infinito entendemos aquello que carece de límites en una o más dimensiones, entonces tanto el universo “A―” como el universo “―B” se les llamará infinitos, dado que en el caso del universo “A―” carece del límite posterior en la secuencia del tiempo, y en el caso del universo “―B” se llamará infinito, a pesar de tener fin, porque carece de un límite anterior en la secuencia del tiempo, luego ya sea porque no tiene principio o fin, ambos universos serían infinitos. De modo que un universo podría ser infinito porque o bien no tiene principio, o bien no tiene fin, o porque es un universo sin principio ni fin, al cual se le representaría dejando únicamente la línea temporal, “―” sin momento anterior ni posterior. Luego los universos “A―”, “―B”, y “―”, serían todos igualmente universos infinitos, ya bien porque no dispongan de al menos un límite en sus dimensiones, o no dispongan de ningún límite.

De acuerdo a la hipótesis del Big Bang actualmente nuestro universo es un universo finito y que se encuentra delimitado temporal y cronológicamente por dos puntos, “A―B” en el segmento de la línea temporal de nuestro universo. El punto “A” sería el propio Big Bang, y el punto “B” el momento en que, después de la expansión del universo, le siguiera un nuevo ciclo de retracción, volviendo a concentrarse de nuevo toda la materia en tendencia a un punto de densidad cuasi-infinita, que sería el final de nuestro universo. Bajo esta estructura de la historia lógicamente cualquier suceso u ocurrencia será finita, teniendo como más temprano origen posible de ese suceso al Big Bang, y teniendo como máximo fin último la concentración de la materia en un siguiente nuevo huevo cósmico.

Ahora bien, si en lugar de entender la secuencia temporal de nuestro universo como una línea del tiempo que va de “A”, el Big Bang que lo produjo, a “B”, el proceso de involución cósmica  que representaría el fin de nuestro universo, y cupiera la posibilidad que nuestro Big Bang sólo fuera uno en una secuencia de infinitos Big Bang, como se verá posteriormente, entonces la línea del tiempo no sería “A ― B”, un universo finito por disponer de límites temporales en todas sus dimensiones, dado que haber la posibilidad de infinitos Big Bangs la línea del tiempo podría ser “A―”, si hubo un primer Big Bang del cual se desencadenaría una secuencia de Big Bangs posteriores, o una línea del tiempo directamente de tipo  “―” si nuestro Big Bang no es más que uno en una serie infinita de Big Bangs sin principio ni fin en la serie.

De todas formas la suposición de que después del periodo de expansión sobrevendrá un periodo de retracción del universo a causa de la atracción gravitacional de todos los cuerpos celestes del espacio, una vez que la fuerza de expansión en el universo sea inferior a la de de atracción gravitacional entre los cuerpos, razón por la cual nuestro universo tendería a su fin, dentro de una concepción temporal del universo de tipo “A―B”, es una suposición que puede ser subvertida por otra posibilidad. Una vez terminado el proceso de expansión, y bajo supuesto que el alejamiento de diferentes cuerpos celestes sea tan grande que haga insignificante su atracción mutua, el universo entre en un estado estacionario de enfriamiento progresivo. En tal caso el universo sería un universo infinito en donde habría un principio “A”, el Big Bang, pero no tendría fin, “B”, sería un universo del tipo “A―”.

Pero supongamos que bajo determinadas circunstancias se refutase la hipótesis del Big Bang, sin que por ello pudiéramos disponer de nuevas teorías que explicaran el origen de nuestro universo, y el efecto Doppler y el constante alejamiento de las galaxias se explicara por alguna explosión en algún punto del universo que no necesariamente implique el origen del universo. Bajo esta suposición habría la posibilidad de que nuestro universo fuera un modelo de universo sin principio ni origen.

En el momento que se admitiera que cabe la hipótesis que nuestro universo no tiene principio ni origen, ,ya por ese motivo, ausencia de al menos un límite en una de sus dimensiones, el inicio, se podría decir que es un universo infinito, si bien habría dos posibilidades, que sea un universo infinito porque carezca sólo de principio u origen pero si disponga de un final, un universo de tipo “―B”, o un universo infinito de tipo “―” porque además de no poseer ningún origen careciera en absoluto de un final.

 A lo largo de la historia siempre ha habido teorías que han hipotetizado sobre la posible eternidad de un universo sin principio ni fin, de hecho el propio Einstein al principio fue un escéptico de la teoría del Big Bang. En el momento que se rechazase cualquier explicación original y teleológica del universo, volveríamos a un universo del tipo “―” , un modelo de universo sin principio ni fin.

De hecho a lo largo del siglo XX han surgido diferentes teorías alternativas al Big Bang, y que partían de la posible dimensión infinita de nuestro propio universo, sin necesidad de principio ni fin, teorías que defienden un modelo de universo de tipo “―”, una de ellas fue la que expuso el físico Hannes Alfven a partir de su teoría del plasma.

Si bien hoy en día la hipótesis del Big Bang está siendo fuertemente defendida, tampoco se puede decir que la definición del universo del Big Bang sea realmente una definición finita. A día de hoy dentro de esta teoría cada vez son más los defensores que advierten que si bien es cierta la posibilidad de un principio original, el Big Bang, lo que sí puede ser cierto es que nuestro actual universo entre en periodos cíclicos de expansión y atracción, a consecuencia de la gravedad, en donde de forma cíclica el universo entre en periodos de atracción gravitacional, que den lugar a una tendencia a la concentración de toda la materia del universo en un punto, produciendo una inestabilidad que origine nuevas explosiones, y nuevos periodos de expansión, y así en enésimos ciclos de atracción-expansión en tendencia a infinito,  de forma que realmente nuestro universo no es lo que realmente observamos, nuestro universo en realidad estaría formado o formaría parte de continuado proceso de atracción-expansión de la materia y la energía en tendencia a infinito, del cual supuestamente habría un principio histórico original, el Big Bang, que sería “A”, pero carecería de fin, dado que la serie de ciclos de atracción-expansión se daría en tendencia a infinito, luego sería un modelo de universo infinito de tipo “A―”, por cuanto hipotéticamente conocemos el principio de la serie, el primer Big Bang original, pero desconocemos cuando se puede acabar esta serie, luego cabe la posibilidad o hipótesis que dichos ciclos se repitan de forma enésima.

Otra posibilidad es que, en el momento que admitimos la hipótesis que nuestro universo no es realmente lo que percibimos, y nuestro universo forma parte o es en sí mismo una serie continuada en forma de infinitos ciclos de atracción-expansión de la materia, entonces cualquier suposición de que esta serie de ciclos tuvo un suceso original, el Big Bang, que después tiende a repetirse enésimamente, es una hipótesis en la que realmente la suposición de que hubo un primer Big Bang original, podría directamente descartarse, y plantear simplemente la siguiente hipótesis o conjetura, nuestro universo es en realidad una serie continuada e infinita de enésimos e infinitos Big Bang que se repiten de forma cíclica e infinita de acuerdo a los ciclos de expansión-atracción de la materia.

En el momento que planteamos la hipótesis  que lo que llamamos Big Bang es sólo uno entre los infinitos Big Bang, sin que necesariamente hubiera uno inicial, entonces nuestro universo es una serie cíclica de accidentes, a los que hemos convenido en dar el nombre de Big Bang, y que se repite de forma cíclica e infinitamente, a consecuencia de procesos de expansión-atracción gravitacional. Sería desde luego entonces un universo infinito del tipo “―”, dado que no habría un único hecho original, dado que el Big Bang que creemos inicial sería  sólo uno más de una cadena infinita, y tampoco habría un fin alguno, dado que sería una sucesión infinita.

De hecho ni siquiera sería necesario argumentar que nuestro universo es una cadena de accidentes a causa de una serie cíclica de Big Bangs continuados, simplemente la propia observación del universo nos muestra que el universo no es más que una secuencia de accidentes y contingencias caóticas gobernadas por, dentro de un margen de error, leyes físicas, en donde continuamente se dan fenómenos de atracción y expansión, en donde cabe la posibilidad de que los procesos de atracción se deriven colapsos, pero no necesariamente a causa de un Big Bang, y antes de que dicho fenómeno ocurra, en los procesos de atracción gravitacionales ocurran fenomenos que liberen gran energía que generen nuevas expansiones, de las que sobrevendrán nuevas atracciones, y así de forma cíclica y enésima.

En cualquier caso, de aceptarse la hipótesis de que el último Big Bang fue el primero e inicial de una serie de procesos de expansión-atracción, lo que quedaría pendiente de explicar, es de donde vino el cúmulo de materia del huevo cósmico que dio origen a ese Big Bang original. De acuerdo con Stephen Hawking el Big Bang marcará el primer momento de la historia del tiempo, y la dimensión en que se encontraría aquella super concentración inicial de masa sería en una dimensión atemporal, sin embargo habría que hacerse una pregunta ¿es posible la ausencia de espacio y tiempo? Y en cualquier caso una pregunta es ineludible ¿ a causa de qué o donde se formó, o de donde surgió, aquella masa original?

Ya sea la hipótesis sobre si el Big Bang es el origen del tiempo, o el Big Bang fue uno más en una secuencia infinita de Big Bangs, otra pregunta es ineludible ¿ Es nuestro universo el único universo? La formulación de este interrogantes generaría una nueva duda, que a su ves genera una nueva hipótesis, la posibililidad de que nuestro universo no sea el único

De hecho existe la hipótesis de que al igual que las muñecas rusas, nuestro universo en realidad sería un universo dentro de otro gran universo, en el cual nuestro universo evolucionaría de forma caótica y compleja a base de sus propios accidentes cósmicos e internos. Una hipótesis que igualmente nos llevaría a múltiples preguntas ¿ese posible macro-universo en el cual se aloja nuestro universo,  tuvo un principio, tiene un fin, es finito o infinito? Y ¿tendríamos alguna certeza de que nuestro universo sea el único dentro de ese macro-universo, o habría más universos como el nuestro , y  cuantos universos como el nuestro son posibles, infinitos?

Es más la pregunta puede que se haga más compleja, porque si admitimos la hipótesis que nuestro universo es un universo dentro de un macro-universo, cabría la pregunta de si es posible que hubiera una entidad superior a ese macro-universo en el cual existiera la posibilidad de otros muchos macro-universos. Este tipo de dilemas al final nos llevan a una pregunta ineludible ¿ cual es la verdadera estructura del espacio y el tiempo, son en realidad dimensiones empíricas, o son de naturaleza trascendental?  

Debido a las enormes complicaciones que la teoría del Big Bang genera, y que entran en contradicción frente a uno de los más clásicos principios de la ciencia, la explicación más sencilla sea probablemente la más verdadera, el principio de Ockham, frente la complejidad de los interrogantes que produce el Big Bang existen diferentes teorías alternativas que tienden a simplificar la cuestión de espacio tiempo, defendiendo la teoría de que nuestro universo es infinito, sin principio ni fin, y la formación de la materia y los cuerpos celestes se deben a complejos procesos internos del mismo universo.

La cuestión del infinito es una de esas grandes cuestiones de la filosofía y la ciencia, que si bien ha tenido grandes defensores y retractores, aun permanece irresoluble, aunque, claro está, desde la teoría de Probabilidad Imposible siempre se defenderá la existencia del infinito.

En cualquier caso, no sólo se puede hablar de la conjetura del infinito, en relación a nuestro universo, de hecho cabe la posibilidad de la existencia de una infinitud de universos paralelos, o una infinitud de historias paralelas de nuestro universo, o una infinitud de historias paralelas por cada infinitud de universos paralelos.

Es más, para hablar del infinito físico, ni siquiera sería necesario mencionar al universo físico en su conjunto, simplemente mencionando las leyes de la termodinámica sería suficiente, dado que en realidad el universo limitado a dos opciones que forman para sí la materia y la energía, dibujarían una idea muy clara y sencilla de lo que sería un universo de tipo “―”, dado que la materia y la energía ni se crean, luego carecen de “A”, ni se destruyen, carecen de “B”, se transforman el uno en el otro y viceversa, luego en síntesis, el universo que forman la materia y la energía es un universo formado únicamente por ciclos de transformación enésima en tendencia a infinito, un modelo de universo sin principio ni fin.

La cuestión del infinito es una cuestión trascendental para el racionalismo crítico, el positivismo, y el materialismo moderno. En relación al racionalismo crítico ya Kant en la Crítica a la Razón Pura advertía que el debate sobre el infinito suponía una antinomia lógica, dado que por cada secuencia lógica de argumentos a favor del infinito, se podía objetar una secuencia lógica de argumentos que defendía la naturaleza finita dela realidad. Sin embargo, a pesar de ser una antinomia lógica, por cuanto su defensa o rechazo depende de argumentaciones teóricas en lugar de datos empíricos, Kant siempre sostuvo la naturaleza infinita del universo.

En el positivismo, en diversas ocasiones Carnap, particularmente en su obra Fundamentación lógica de la física había lanzado la hipótesis de que, en ausencia del conocimiento de que, en el campo de la estadística y la probabilidad, una población tuviera un fin temporal en la historia, ponía por ejemplo, ante el desconocimiento de que la humanidad deje de existir, Carnap afirmaba que cabe la hipótesis de que dicha población fuera infinita.

La posible historia infinita de la humanidad ya de por sí supondría un universo de tipo “A―”, que en tanto que careciera de fin histórico alguno, implicaría por tanto que nuestro universo, tenga o no un principio, no tendría final, ya sea porque vivamos en un universo de tipo “A―”, que teniendo principio no tuviera fin, o de tipo “―” sin origen ni finalidad alguna.

En materialismo moderno, fundado en la inversión materialista de la dialéctica hegeliana, que hicieron Marx y Engels, la cuestión del infinito es una cuestión también importante, dado que la propia dialéctica se  muestra infinita, ya sea por la ley de la negación de la negación, en una secuencia de negaciones que no tiene fin alguno ni conduce a ningún estado positivo de forma absoluta, la ley de transformación de lo cualitativo en cuantitativo y viceversa, semejante a la ley física de la transformación de la energía y la materia, o la ley de la unidad y lucha de los contrarios, que supone la relación de identidad y oposición dialéctica, además de que tradicionalmente el materialismo ha rechazado las perspectivas creacionistas o apocalípticas de la historia.

En la teoría de Probabilidad Imposible para el estudio del campo de la estadística y la probabilidad, expuesto en la obra Introducción a la Probabilidad Imposible, estadística de la probabilidad o probabilidad estadística, disponible en  la Librería de Probabilidad Imposible, la cuestión del infinito es de suma trascendencia, y se aborda en el apartado 7 de la obra.

En Introducción a la Probabilidad Imposible, estadística de la probabilidad o probabilidad estadística en puridad distingue de forma dialéctica dos tipos de universos, los universos de sujetos u opciones infinitos, en los cuales se estudia las puntuaciones directas obtenidas de la medición de la muestra de sujetos u opciones o población para el estudio de la probabilidad empírica, o el universo de opciones limitadas de cuya frecuencia se estima la probabilidad empírica, y a partir del cálculo de la probabilidad empírica y la teórica la obtención de Nivel de Sesgo y todos los estadísticos de dispersión, individuales o muestrales, elaborados dentro del Segundo Método, para el desarrollo de una metodología de la estadística de la probabilidad o probabilidad estadística alternativa y complementaria a la estadística tradicional.

En cualquier caso el hecho que se diferencie entre universos de sujetos u opciones infinitos y universos de opciones limitadas, no implica que éste último, el de opciones limitadas, no pueda ser infinito en alguna de sus dimensiones, dado que las opciones pueden ser limitadas, pero las posibles ocurrencias o frecuencias en que se distribuyan las opciones pueden ser ocurrencias o frecuencias infinitas.

El universo limitado a dos opciones que supone la distribución de las partículas en forma de materia o energía se limita a dos opciones, materia o energía, sin embargo, las posibles infinitas partículas que constituyen la materia o la energía forman en sí un universo de puntuaciones directas o frecuencias que puede tender a infinito.

Las categorías conceptuales en que se defina un universo o una hipótesis, pueden ser limitadas, pero eso no implica que el universo en sí mismo lo sea.

De hecho el posible origen del error de la ciencia, la contradicción entre la naturaleza limitada del ser humano, frente a una realidad posiblemente infinita ,es  una contradicción antropológica y universal de la que se deducirá el margen de error en la contrastación de hipótesis, en esencia, el margen de duda racional de la ciencia.

 Rubén García Pedraza, Madrid a 12 de abril del 2014
 

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