La medición
de la cualidad de un sujeto u opción es la transformación de una
propiedad cualitativa en un factor de operaciones matemáticas, que se pueda convertir en un dato
positivo, para la descripción, la inferencia, o predicción de los fenómenos
estudiados en las ciencias.
La principal
diferencia entre ciencias analíticas y sintéticas es que las
analíticas se dedican a la formación y estudio de la forma del lenguaje,
análisis formal, siendo la lógica y las matemáticas el paradigma de ciencia
analítica. Las ciencias sintéticas son de carácter empírico,
estudian los hechos empíricos que acontecen en la realidad, para lo cual
utilizan métodos analíticos para el análisis de la realidad empírica, por lo que se denominan
sintéticas, síntesis de elementos formales y factuales.
El método de estudio
más objetivo en ciencias sintéticas es la utilización de métodos matemáticos, que reciben el nombre de
cuantitativos, en oposición a las teorías que defienden los cualitativos.
Durante
siglos en ciencias naturales hubo un debate sobre la necesidad de métodos
cualitativos, Goethe fue uno de sus defensores en el siglo XIX, sin embargo,
desde muy temprano estas corrientes han sido minoritarias, habiendo un consenso
unánime, salvo escasas excepciones, sobre la necesidad de métodos
cuantitativos, motivo por el cual las ciencias naturales han experimentado un
gran progreso.
Dentro de
las ciencias naturales los principales paradigmas han sido astronomía, física,
y biología. Si bien en astronomía y la física el uso de métodos matemáticos fue
temprano, se remonta a Eudoxo de Cnido, en biología será Mendel quien
sistematiza el uso de estadística.
En ciencias
sociales este debate todavía no se ha zanjado, y aunque desde temprano se
entendió la necesidad de métodos matemáticos para el estudio de la economía, no
ha sido así para el resto de ciencias sociales, si bien, debido al positivismo
y la forma en que el materialismo moderno utiliza estadísticas y fórmulas para
el estudio de las relaciones sociedad y economía, ha habido importantes
núcleos defensores de este tipo de métodos, aunque no se ha
alcanzado un consenso unánime.
La
importancia de los métodos cuantitativos radica en su garantía de fiabilidad, que si bien nunca es absoluta, y
dependen de la política científica, permiten mayor grado comparación y contrastabilidad, extrapolación e inferencia.
Para que un
estudio sintético pueda ser cuantitativo requiere una serie de condiciones, la
más importante que el objeto sea un hecho empírico. Si quisiéramos estudiar la
naturaleza del espíritu humano debemos definir el concepto de forma empírica, y
recoger muestras que lo evidencien, de no ser así
rechazaríamos que el espíritu humano sea de naturaleza empírica, y su validez
quedará limitada a aquellas actividades humanas no científicas, por ejemplo la
poesía y la oratoria.
El concepto
de espíritu humano aunque no sea científico aparece de forma metafórica o
alegórica en muchos libros de ciencia, por las influencias del idealismo en el
deductivismo. De igual modo en muchos libros de ciencias aparece la alusión a
las denominadas fuerzas de la naturaleza, otro concepto metafísico, que en
términos positivistas o empiricistas carece de significado, en todo caso
podríamos hablar de fuerzas específicas, la fuerza de la gravedad, la fuerza de
un campo magnético, la fuerza de un meteorito al impactar sobre la superficie,
la fuerza del viento…. Sin embargo es a partir de este tipo de conceptos
metafísicos, de los que en filosofía surgirán nuevas definiciones empíricas que
faciliten a las ciencias naturales convertirse en sintéticas.
Aunque el
espíritu humano no sea empírico y no forme parte de la ciencia, las ideas que
sobre espíritu se fueron forjando en la historia de la filosofía desde la
antigüedad clásica a la modernidad, fueron la piedra sobre la que se forma en
el siglo XIX la psicología científica por Wundt, siendo hoy una ciencia
empírica, aunque hay corrientes defensoras de métodos cualitativos.
El uso de
métodos cuantitativos en psicología ha permitido importantes avances, desde
psicología del aprendizaje a la psicología de la instrucción, habiendo no
obstante importantes resistencias. Al igual que en medicina la utilización de métodos
cuantitativos ha facilitado la descripción estadística de enfermedades,
determinación de probabilidades de incidencia, y experimentación de
tratamientos, que después se adaptan a los casos particulares, en psicología
clínica el uso de métodos cuantitativos debería tener el mismo fin, descripción
estadística de casos y elaboración de protocolos, cuya aplicación depende de
las características particulares.
Debido a la
política científica de algunas farmacéuticas destinadas al lucro, las ciencias
de la salud, entre ellas medicina y psicología, han sufrido un importante
descrédito, lo cual evidencia de nuevo la naturaleza política e ideológica dela ciencia.
La investigación cuantitativa en medicina y psicología no necesariamente tiene
porque ser farmacológica. Por ejemplo el estudio experimental de las propiedades de los alimentos, plantas
medicinales, o actividades deportivas o hábitos de vida saludables en la
prevención y cura de enfermedades.
En cualquier
caso la medicina y la psicología moderna experimentarán un cambio radical
gracias a la biotecnología, que hará de las ciencias de la salud ciencias cada
vez más positivas y racionales.
De otro
lado, supongamos que queremos estudiar el fenómeno extraterrestre. Hoy en día
ya hay una agencia de investigación estadounidense, el SETI, para este
fenómeno, habiendo sido reformulado previamente hacia parámetros más
científicos dentro de la astrobiología, superando el origen metafísico y
místico de la ufología.
El motivo
por el cual no se puede estudiar científicamente ni el espíritu humano, o las
fuerzas de la naturaleza en abstracto, ni la posibilidad de civilizaciones
extraterrestres dentro de la definición dada por la ufología, es por la
inexistencia de registros empíricos de dichos conceptos. En el caso del
espíritu humano o las fuerzas de la naturaleza, debido a la tradición
metafísica idealista que defendía la existencia del espíritu, Platón, o la
tradición metafísica empirista que defendían la existencia de las fuerzas de la
naturaleza, Aristóteles, este tipo de conceptos todavía aparecen en muchos
libros de ciencia y filosofía, a modo de metáfora o alegoría sobre el comportamiento humano o natural. Las teorías
de la ufología pertenecen directamente a la tradición de la ciencia ficción
liderada por el novelista británico H. G. Wells autor del libro La guerras
de los mundos.
La única
razón por la que puede haber en ciencias sintéticas hipótesis teóricas de las que no haya correlatos
empíricos y sin embargo formen parte de las ciencias empíricas, es porque sean
hipótesis dentro de un sistema de hipótesis más amplio, teoría, dentro de la
cual, todas las hipótesis que dan forma a esa teoría tengan correlatos
empíricos menos aquella hipótesis de la que no se puedan disponer prueba alguna, ya sea por las limitaciones
fisiológicas humanas, o las limitaciones tecnológicas de la época. Un ejemplo
claro, la idea del infinito en determinadas cosmologías
astrofísicas.
Siempre y
cuando en el conjunto de hipótesis que forman una teoría, el número de hipótesis contrastables sea significativamente
superior al de hipótesis no contrastables, serán estudiadas por la ciencia,
integrándose dentro de la ciencia las hipótesis no contrastables siempre y
cuando se definan las condiciones de posibilidad bajo las cuales dichas
hipótesis podrían contrastarse, o las limitaciones fisiológicas o tecnológicas
por las cuales hoyno se pueden contrastar.
Al igual que
de la metafísica del espíritu humano o las fuerzas de la naturaleza surgió la
psicología moderna o la física moderna, de las viejas creencias de la ufología
ha surgido la moderna astrobiología, no toda creencia por no ser de origen
científico tiene porque no ser científica nunca, siempre y cuando abandone el
mayor número posibles de proposiciones no contrastables, se limite sólo a las
contrastables, o dentro de las no contrastables modifique su definición
empírica hacia definiciones más racionales.
Hoy en día
la astrobiología ha cambiado la definición del objeto de estudio: dada una serie
de condiciones de posibilidad empírica sería posible la vida, aunque sólo
fuese bacteriana, en otros satélites o planetas distintos a la tierra; dada esa
definición empírica de la que si podemos estimar mediciones, probabilidad de vida bajo determinadas
condiciones, si disponemos de hechos empíricos y mediciones sobre temperatura,
masa, presión, atmosfera, geología, de una importante cantidad de satélites y
planetas, que dadas unas condiciones cabría posibilidad que albergasen vida.
Muy
posiblemente el espíritu humano como tal no pueda estudiarse, pero si definimos
las cualidades que lo componen en términos empíricos: inteligencia racional, inteligencia emocional,
capacidad psicomotriz; y elaboramos escalas de medición para dichas cualidades,
entonces si podemos hacer un estudio cuantitativo de la inteligencia racional,
la inteligencia emocional, o la capacidad psicomotriz.
El concepto
de fuerzas de la naturaleza es vago y difuso, pero si definimos el concepto de
fuerza en cada tipo específico de suceso natural, y elaboramos escalas de medida,
entonces estamos en disposición de hacer una verdadera ciencia física y
astrofísica matemática.
El primer
requisito para que un estudio sea científico es la posibilidad de definición de los factores en forma de hechos empíricos
susceptibles de medición. Si es un estudio descriptivo las variables no están sujetas a ninguna
hipótesis, la definición depende del tipo de descripción que se busque del
fenómeno. Si es un estudio inferencial, hipotético-deductivo, las variables a definirse
primeramente son las incluidas en la hipótesis, pudiendo definir igualmente
cualquier otra variable que afecte al modelo, ya sean sujetas a algún tipo de
control estadístico o de laboratorio, o cualquier otro proceso supuesto que
contemple el modelo científico.
Sin este
prerrequisito previo no hay ciencia. Como mucho, dentro de una teoría, se
podría admitir un número muy restringido de supuestos o hipótesis solo teóricas
de las que no podamos obtener mediciones precisas, y sólo se aceptarían siempre
y cuando se definan bajo qué condiciones se podrían obtener mediciones, o los
motivos, fisiológicos o tecnológicos, de por qué de momento no podemos obtener
una noción directa, por ejemplo el infinito. Y en cualquier caso el
número de hipótesis o supuestos no contrastables debe ser lo más reducido
posible, lo suficiente como para que el resto de la teoría pueda demostrarse,
siendo razón suficiente para aceptar provisionalmente todas las hipótesis de la
teoría, incluidas las no contrastadas, siempre y cuando las hipótesis
contrastables sean racionales.
En el
momento que se define el objeto de estudio sobre un fenómeno del que existen
pruebas empíricas en forma de hechos, aun admitiendo un reducido número de variables
teóricas, entonces si es posible la actividad científica, para lo cual habrá
que realizar mediciones a las variables.
La
definición de un hecho empírico es la definición de un tipo determinado de
fenómeno que ocurre en la realidad del que se puedan estudiar sucesos concretos
u ocurrencias concretas. Por ejemplo, un hecho empírico es la lluvia,
supongamos que queremos conocer el comportamiento empírico de la lluvia,
deberíamos estudiar cada suceso de lluvia o cada vez que ocurre un fenómeno de
lluvia. Una vez definido el hecho empírico, y se identifica el tipo de suceso u
ocurrencia donde se manifiesta ese hecho,
iniciamos el proceso de selección de muestras de sucesos y ocurrencias donde el
hecho empírico se manifiesta, y sobre la muestra seleccionada el proceso de
medición, el cual puede ser de dos formas, en forma del estudio de la magnitud
de la lluvia, por ejemplo, metros cúbicos de agua registrados por cada minuto
de lluvia, y estudiar las fluctuaciones de la intensidad de la lluvia, ya sea
el estudio de la curva de fluctuaciones de la lluvia en cada episodio de
lluvia, o la curva de fluctuación en la intensidad de lluvia sobre una serie de
episodios de lluvia, o estudiar el número de veces en que se produce un
episodio de lluvia, es decir, la frecuencia de la lluvia, o la síntesis de
ambos, sobre una serie de categorías discretas de magnitud de lluvia la
clasificación de cada suceso de lluvia registrado en cada una de las
categorías.
El estudio
de este fenómeno podría hacerse más complejo, intentando localizar
correlaciones entre lluvia y determinadas condiciones atmosféricas o
ambientales.
Las
mediciones a las variables empíricas pueden ser de dos tipos: medición de la
intensidad de magnitud de la cualidad en una escala de medida, o intensidad en
la ocurrencia de la cualidad, o la síntesis de ambas, estudio de la frecuencia
del suceso según categorías discretas de magnitud. En Introducción a la Probabilidad Imposible, estadística de la probabilidad
o probabilidad estadística, a la medición en la escala de
magnitud de un suceso dará como resultado lo que se denomina puntuación directa de ese suceso en la escala de
medida, la medición del número de ocurrencias de un suceso dará igual a la frecuencia de ese suceso, y la medición del número
de ocurrencias de un suceso dentro de una categoría discreta en una escala de
magnitud dará lugar a la frecuencia de sucesos según categorías discretas en la
escala de la magnitud.
Si queremos
estudiar los terremotos en una determinada región, en primer lugar definimos el
hecho empírico, el terremoto es un proceso sísmico ocasionado por los
movimientos tectónicos que produce fuentes temblores de tierra. Una vez
definido el hecho empírico, el estudio de cada suceso u ocurrencia natural que
se ajuste a la definición del hecho empírico, y una vez localizados, efectuar
la medición. La medición puede ser de dos formas, o la síntesis de ambas: la
magnitud de los terremotos, la frecuencia de los terremotos, o frecuencia de
los terremotos según grado de intensidad ordenados en categorías discretas.
Si
estudiamos la magnitud de los terremotos sería necesario una escala para medir
la intensidad de magnitud, y la medición particular de cada terremoto en dicha
escala sería la puntuación directa de magnitud del terremoto en dicha escala.
Si estudiamos la frecuencia de los terremotos, independientemente de su
magnitud, la frecuencia de los terremotos en una zona sería igual al total de
terremotos ocurridos en esa zona. Si estudiamos la frecuencia de terremotos
según intensidad de magnitud, lo que haremos es un estudio en donde los
terremotos se clasifiquen en una serie de categorías discretas de magnitud, el
número de terremotos en cada categoría sería la frecuencia de dicha categoría.
En el primer
caso propuesto, estudio de la magnitud de intensidad de cada terremoto, la
puntuación directa de cada terremoto sería la intensidad que logre en la
escala, la proporción empírica que guarda un determinado terremoto ocurrido
bajo una intensidad dada es lo que mediría en este caso la probabilidad empírica, cociente de la magnitud
de ese terremoto entre el sumatorio de todas las magnitudes de todos los
terremotos registrados. Es importante remarcar el concepto proporción: si en
una determinada zona, todos los terremotos que ocurren son de una misma
magnitud, sea cual sea, mientras todas tengan la misma magnitud, el
comportamiento de la probabilidad empírica será en tendencia a inversión de N, 1/N, independientemente de si la
magnitud es muy elevada, o muy baja, o intensidad media. Mientras todos los
terremotos sean próximos a una misma magnitud, la tendencia demostrada por su probabilidad
empírica, será en tendencia a probabilidad teórica. Si en una zona los
terremotos varían de intensidad de magnitud, la probabilidad empírica de la
puntuación directa de cada terremoto en particular, manifestará la proporción
de la magnitud de cada terremoto en relación a la suma de todas las
puntuaciones directas. Este tipo de estudio sería un modelo estudio en un universo de sujetos u opciones infinitos.
El estudio
de los terremotos según frecuencia sería un estudio de opciones limitadas, en
donde la frecuencia de terremoto en cada zona sería igual al número total de
terremotos ocurridos en cada zona. Dada una serie de zonas la probabilidad
empírica de terremoto por zona sería igual al cociente del número de terremotos
en esa zona entre número total de terremotos en todas las zonas del estudio.
Para los
estudios de la frecuencia de los terremotos según categorías discretas de
magnitud, la probabilidad empírica de terremotos de una determinada categoría
discreta será igual a la frecuencia de los terremotos de esa categoría entre el
total de la frecuencia de todas las categorías.
Es más, este
estudio se hace más complejo a medida que introducimos más variables.
Supongamos que queremos hacer un estudio de la frecuencia de terremotos según
categorías discretas de magnitud según determinadas características de las
zonas estudio, por ejemplo: frecuencia de terremotos en determinadas categorías
discretas sobre la escala de magnitud en zonas localizadas sobre fallas
volcánicas. O más complejo aun: la frecuencia de terremotos en determinadas
categorías discretas en la escala de magnitud según determinadas
características geológicas, por ejemplo, según el tipo de roca o minerales de
la zona, o la existencia de reservas de petróleo o gas natural, u otras
energías fósiles, carbón, o si en esas zonas hay una importante actividad
industrial o humana. De modo que habría que hacer un estudio pormenorizado, en
donde según se defina cada zona, por sus características geológicas,
demográficas o económicas, se estudiaría la frecuencia de determinados seísmos
en determinadas categorías discretas de magnitud en cada zona, según sus
características geológicas, demográficas, o económicas.
Para
aquellos estudios que únicamente se limiten a la medición de la intensidad de
magnitud de cada terremoto particular, y la probabilidad empírica de la
magnitud de cada terremoto sea igual a su puntuación directa entre la suma
total de todas las puntuaciones directas, lo que se mide es la probabilidad
empírica asociado a la magnitud de ese terremoto particular. Este tipo de
estudios en Introducción a la Probabilidad Imposible estadística de la
probabilidad o probabilidad estadística, se ubicarían dentro de
los universos de sujetos u opciones infinitos, dentro de una escala de magnitud
dada, por cada unidad de magnitud serían posibles infinitas subdivisiones de la
unidad de magnitud ¿Cuántos tipos de terremotos de diferente escala de magnitud
serían posibles? Infinitos.
En aquellos
estudios en donde se investigue la frecuencia de terremotos dependiendo de las
zonas, lo único que se estudia es qué zona es más propensa a actividad sísmica,
frecuencia de terremotos en la zona entre el total de terremotos observados.
En la teoría de Probabilidad Imposible pertenecería a un universo de opciones limitadas, limitándose las opciones donde puede suceder un terremoto sujeto de estudio, a los lugares seleccionados de
estudio, todo terremoto en cualquier otro lugar no sujeto de estudio se
descartaría, el estudio se limita a esas zonas de estudio y al estudio de los
terremotos a dichas zonas, cualquier otro tipo de terremoto fuera de las zonas
delimitadas estaría fuera del estudio.
Para los
estudios de frecuencia de terremotos en determinadas categorías discretas de
magnitud, en principio sería un universo de opciones limitadas a las categorías
propuestas, ahora bien, en la medida que la unidad de medida es infinitamente
subdivisible, luego son posibles infinitas subdivisiones en categorías
discretas, conforme tienda a aumentar en tendencia a infinito el número de
categorías discretas, dicho estudio pasaría de ser un estudio propio de un
universo de opciones limitadas al estudio de un universo de sujetos u opciones
infinitos.
Para que las
ciencias sociales logren un progreso equiparable a las ciencias naturales es
necesario un consenso unánime sobre la vigencia de los métodos cuantitativos,
lo cual implica la necesidad de medición.
En ciencias
naturales antes de que se llegara al consenso internacional sobre las escalas
de medida relativas a distancias, pesos, volúmenes, etc… adoptándome
internacionalmente el Sistema Métrico Decimal, en cada país y en cada lugar se
utilizaban sistemas de medida tradicionales, y fue a partir de este consenso
cuando se homogenizan los sistemas de medida, y se produce progreso
exponencial.
Mientras las
teorías de la postmodernidad afirman que hoy en día este tipo de postulados
racionales, positivistas, y materialistas, han sido superados, nos encontramos
ante una situación completamente diferente. Hoy en día en el terreno de las
ciencias sociales cada vez surgen más instituciones y agencias, públicas o
privadas, nacionales, transnacionales, o supranacionales, que se dedican al
estudio de las sociedades desde parámetros cuantitativos, ya sea el famoso
informe PISA de la OCDE, o los estudios cuantitativos de la Organización
Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo, la UNESCO,
UNICEF, ACNUR, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, o
desde organizaciones regionales, la Unión Europea, la Organización de
Estados Americanos, o por Organizaciones No Gubernamentales de presencia
internacional, Amnistía Internacional, Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, y
otras muchas, además de los estudios cuantitativos internacionales que hoy en
día se generan automáticamente por internet por el fenómeno Big Data por
empresas privadas, las estadísticas mundiales que de forma diaria recopilan
Amazon, Google, Mac, Facebook, twitter, Linkedin, sobre las tendencias
mundiales a tiempo real sobre hábitos de consumo, de vida, modas, cambios en
los patrones culturales y de relaciones sociales.
Estos
fenómenos vinculados a la globalización evidencian la necesidad creciente de
medición en las ciencias sociales, en todo tipo de actividades humanas,
educativas, humanitarias, económicas, sociales, razón por la que cabe sospechar
la tendencia en el uso de métodos cuantitativos en ciencias sociales, y llegado
el momento en que maduren lo suficiente, el logro de consensos internacionales
similares a los que hay en ciencias naturales.
El problema
del estudio de los fenómenos sociales como entidades empíricas, y no
metafísicas, no reside en la medición, la cual es necesaria, el problema de las
ciencias sociales es la comprensión de que toda ciencia, aunque sea positiva,
es política, y la dirección y gestión de la actividad científica profesional
debe dirigirse desde políticas científicas que entiendan la dimensión social de
la naturaleza humana, lo cual implica la necesidad que el objetivo y fin de las
ciencias sociales no es el crecimiento económico privado, es el desarrollo
sostenible de las políticas de igualdad social y libertad positiva en
armonía con el medio ambiente: la planificación científica para la promoción de
la libertad en igualdad de condiciones sociales reales de manera
sostenible.
Rubén García
Pedraza, Madrid 31 agosto 2014