El
nihilismo lógico es la comprensión de la imposibilidad del isomorfismo absoluto
entre conocimiento y realidad en sí, la eterna existencia siempre de un margen de error necesario, luego posible, entonces inevitable, en todo juicio moral
del universo, de manera que a todo lo más que llega la humanidad en su actual
condición es la formulación de juicios universales provisionales, donde más
allá del margen de error todo es posible, que lo que creíamos verdadero sea
falso y lo imposible sea inevitable. Superado el periodo de provisionalidad que
garantizan los márgenes de error las proposiciones se demuestran falsas.
El
margen de error se traduce en forma de un margen de duda racional o escepticismo
empírico dentro del cual se pone en tela de juicio las ideas de la ciencia,
siendo en esencia un margen de incertidumbre, en donde nunca puede conocerse de
forma absoluta el verdadero comportamiento en sí de la naturaleza, salvo dentro
de una estimación de probabilidad estadística, luego estocástica, caótica, un
margen de relativismo dentro del cual lo que hoy creemos verdadero puede
demostrarse falso mañana. En definitiva ese margen de error, en tanto que
margen de duda o escepticismo, incertidumbre o relativismo, supone en esencia
un margen de nihilismo dentro del cual nunca tenemos absoluta certeza de nada,
y aquello en lo que la ciencia cree sea sólo una apariencia de verdad.
La
forma que en Probabilidad Imposible se puede manifestar el margen de error es
doble, ya bien en la primera fase de la investigación científica, la estadística descriptiva, el margen de error que la política científica acepta
en la muestra, y en estadística inferencial el margen de error de la razón crítica. El margen de error en la primera fase de la investigación, estadística
descriptiva, es la aceptación de la muestra, siendo el margen de error igual a
la inversión de la muestra, inversión de N, 1/N, en universos de sujetos u opciones, o la inversión de las puntuaciones directas o frecuencias, 1/Σxi, en
universos de opciones limitadas. En estadística inferencial el margen de error
de la razón crítica se expresa en forma de probabilidad estadística, la
probabilidad crítica.
En
suma, la desmitificación de la verdad científica, todo es falso a su debido
tiempo, la verdad es sólo una cuestión de tiempo, es un modelo de racionalismo crítico similar al falsacionismo
que lleva irremisiblemente al nihilismo, todo a su debido tiempo es falso,
cuando se demuestre el error de las afirmaciones aceptadas dentro del margen de
incertidumbre o duda, pero un nihilismo de carácter lógico, que entiende la tendencia asintótica de aproximación entre conocimiento probable y verdad pura,
en una tendencia de aproximación cada más rápida, siempre que la ciencia no se
estanque en un paradigma, a medida que se suceden las revoluciones científicas,
aunque, a pesar del aumento de las revoluciones en la aproximación entre lo
posible y lo puro, el ser y el deber ser, siempre habrá una discrepancia interna,
aunque perfeccionable en la siguiente revolución, nunca, ni en esta ni en la
siguiente revolución, hará que nunca la ciencia sea absolutamente fiable,
motivo suficiente para poner en duda cualquier revolución científica, siendo la
ausencia de fiabilidad absoluta el motor de las revoluciones posteriores.
Si
bien todas las revoluciones científicas resuelven aquellos rompecabezas que las
anteriores no resolvieron, ampliando los márgenes de fiabilidad, en la medida
que la fiabilidad nunca será completa siempre habrá un margen de escepticismo
que ponga en duda a la revolución
presente y su paradigma, siendo dicha incertidumbre causa de siguientes
revoluciones, y así de forma cíclica y cada vez más rápida, siempre y cuando la
ciencia no se estanque en un paradigma que genere una situación de crisis, que
sólo se resuelve dando libertad de nuevo a la sucesión cíclica y cada vez más dinámica
de revoluciones científicas, en tendencia a la revolución permanente de la
ciencia.
En
su actual condición la humanidad no tiene acceso a la verdad pura, todo lo más
son aproximaciones, que en alguna medida, por mínima que sea, será razón
suficiente para demostrar su falsedad, y generar una nueva revolución
científica, que si bien será más fiable nunca será totalmente isomorfa,
generando a su vez nuevos márgenes de incertidumbre, y así de forma cíclica, si
bien, aunque las revoluciones se suceden cada vez más rápido, salvo que la
ciencia se estanque en un paradigma, la ciencia nunca, y absolutamente nunca,
será completamente verdad, y dentro de un posible margen de nihilismo, será
falsa. El hecho que la ciencia sea incompleta, en tanto que no completamente
fiable y no pueda conocer completamente todo, a pesar que las revoluciones y
paradigmas amplíen la fiabilidad de la ciencia y el horizonte de conocimientos,
pero nunca lleguen a una fiabilidad absoluta ni a conocer absolutamente todo,
lleva de forma inevitable a que, por mínimo que sea error o la ignorancia y
desconocimiento de lo que realmente sucede, sea inconsistente con la realidad,
luego por mínimo que sea el margen en que dudamos de la ciencia, y cada
revolución y nuevo paradigma reduzca el error en asíntota a cero, pero nunca
sea igual a cero, dentro de ese margen de error distinto a cero, por muy
próximo a cero que sea, la ciencia siempre será errónea, aunque la creamos
verdadera.
El
verdadero valor de la ciencia no reside entonces en si es verdad, por cuanto la
ciencia nunca será absolutamente cierta, si bien, dentro de la asíntota de las
revoluciones en la aproximación entre conocimiento posible y realidad real,
aumenta la fiabilidad de las juicios, en cualquier caso la fiabilidad nunca es
absoluta, sólo parcial, luego en cierta medida erróneas, admitiendo un error
posible, luego inevitable, en las afirmaciones.
La
ciencia de esta manera es una construcción en principio parcialmente verdadera,
en la medida que acepta márgenes de desconocimiento de lo que reamente pasa, en
donde llegado el momento de la verdad, se transforma en un error político la
propia aceptación del error científico, dado que en el momento que sea posible
se demuestra la falsedad de la construcción científica, aceptada ya previamente
en el margen de duda. De forma que si, antes o después, la ciencia es falsa, lo realmente importante
de la ciencia no es si es verdadera o falsa, porque finalmente siempre será
falsa, la cuestión es si la ciencia es útil.
El
valor de la ciencia reside en que, a pesar de que, tarde o temprano una
construcción científica sea falsa, al menos de momento sea útil, dándose la
contradicción lógica que un modelo científico sea al mismo tiempo útil y falso. Útil, mientras el
error aceptado no se manifieste y la explicación sea congruente, y falso, en el
momento en que el error se haga
realidad.
Lo
verdaderamente importante de la ciencia es que de momento sea útil a pesar de
que al final sea falsa, y la utilidad de la ciencia será una variable
dependiente del grado de aproximación política de las revoluciones científicas
a la verdad moral del universo, a mayor nivel o porcentaje, de fiabilidad, de
comprensión de la verdad en sí dentro de las revoluciones científicas, en
tendencia a la revolución permanente de la ciencia, las ideas de la ciencia se
aproximarán en mayor medida al ideal de verdad, la verdad pura, si bien, el ser
humano nunca conoce la verdad pura. Es la génesis del error, la contradicción
entre ser humano en sí limitado frente una realidad infinita, siendo a causa del
error por lo que el ser humano sólo accede a una verdad parcial, luego no
imparcial, no neutra, una verdad política, luego a una ciencia, que por muy
fiable que sea, nunca será completamente fiable, luego siempre será, aunque sea
por un margen mínimo, finalmente falsa, aunque de momento sea útil.
La
verdadera utilidad de la ciencia no reside sólo en una razón instrumental, la
verdadera utilidad reside en el uso práctico de la razón, el progreso hacia una
verdadera razón crítica de carácter práctica, la razón crítico práctica, luego
ética, que integre el desarrollo moral en la praxis de la ciencia. La verdadera
utilidad de la ciencia, aunque sea falsa, reside en que, a pesar de que sea
falsa, contribuya al progreso físico y moral de la humanidad y la ciencia.
Probabilidad Imposible es una teoría para el estudio del campo de la estadística de la
probabilidad o probabilidad estadística, cuyas primeras aportaciones se
encuentran publicadas en Introducción a la Probabilidad Imposible, siendo una
teoría para el estudio de la estadística y la probabilidad síntesis de
diferentes filosofías, racionalismo crítico, positivismo y materialismo
dialéctico, y en la forma en que dicha síntesis ha evolucionado es al desarrollo
de una filosofía propia, el nihilismo lógico, en donde se fusionan aspectos del
nihilismo clásico de Gorgias o el nihilismo moderno de Nietzsche, el falsacionismo
y el utilitarismo moral, escuelas filosóficas en las que se pueden apreciar
importantes contribuciones del idealismo, el empirismo y el materialismo.
La
forma en que se sintetizan el racionalismo crítico, el positivismo y el
materialismo dialéctico dentro de la teoría de Probabilidad Imposible, es desde
el reconocimiento de la contradicción lógica, propia del racionalismo crítico,
entre realidad en sí y fuera de sí, la tendencia del positivismo al isomorfismo
entre la realidad real y el conocimiento para sí de la ciencia, una tendencia
cuya orientación y sentido político, según explica el materialismo dialéctico,
depende de los intereses sociales que defienda cada ideología, en donde la
ciencia, al igual que la filosofía, puede ser utilizada para defensa y
mantenimiento de una ideología de acuerdo a sus intereses económicos, políticos
y sociales.
En
el momento que la contradicción entre realidad en sí y fuera de sí sólo se
resuelve en una ciencia para sí política que progresa a través de fases
históricas de revoluciones científicas, en tendencia asintótica a un
isomorfismo nunca absoluto, cualquier juicio moral de la ciencia, además de
relativo y político, puede demostrarse finalmente falso, en el momento que las
dudas aceptadas en el momento de aceptarse provisionalmente verdadero, sean
dudas justificadas al demostrarse la falsedad de los juicios morales de verdad.
Lo
realmente importante de la ciencia por tanto no es si es verdadera, dado que es
histórica, luego necesariamente falsa superada su fase histórica, nada puede
ser a-históricamente verdad o eternamente verdad, sólo puede ser una verdad
histórica, provisional, efímera o accidental, más allá del contexto del modo de
producción científica en que unas ideas fueron generadas dichas ideas son
falsas, lo realmente importante de la ciencia presente no es si es útil, la
cuestión es si es útil para el progreso de la humanidad.
Posiblemente nada sea verdad, lo importante es
aquello en lo que, dentro de nuestras sospechas utilicemos en tanto que verdad,
o ingenuamente alguien crea que es verdad, al menos sea útil para nosotros y
nuestros proyectos políticos y sociales.
De
esta manera el nihilismo lógico, nada es verdad, todo es falso, vivimos en un
mundo de apariencias, en el caso de la ciencia serían apariencias científicas
de verdad, en donde de momento algunas ideas utilizamos o creemos que son
verdad, es un nihilismo que lógicamente sintetiza aspectos del falsacionismo,
el utilitarismo moral y el nihilismo, ya sea el nihilismo clásico de Gorgias, o
el nihilismo moderno de Nietzsche, diferenciándose el nihilismo lógico del
nihilismo postmoderno, en tanto que mientras el nihilismo postmoderno somete a
crítica la razón, el nihilismo lógico se establece sobre la necesidad de una
verdadera razón crítica, verdadera partera de las siguientes revoluciones
científicas.
Lo
que hoy llamamos revoluciones paradigmáticas, la transformación de las ideas
científicas de verdaderas a falsas, generándose nuevas revoluciones para
solucionar el puzle, en función de los adelantos de la ciencia, es lo que ya
Hegel desde la filosofía denominaba el auto-movimiento de la idea.
La mayéutica
socrática sobre el reconocimiento irónico y nihilista de “sólo sé que no se
nada” marcaba el principio del verdadero dialogo, la dialéctica.